...Porque siempre hay algo mas allá de lo que solo tus ojos pueden ver, tus manos sentir ó tu mente llegar a imaginar...

11/6/09

salvandonos del fuego

- Jane Aneliesse y Alec Anthony Di Pavia ¿Cómo están?- escuche decir a una voz suave que venia de un hombre que aparentaba unos 24 años, con un hermoso cabello negro que le llegaba a los hombros y una piel mas blanca de lo normal, casi traslucida; pero lo que mas me preocupaba era su mirada, una mirada que parecía de estar invadida por un demonio de miles de años, incluso me pregunte si era real, al notar la forma sorprendida en la que lo observábamos empezó a hablar de nuevo- que modales, lamento no haberme presentado, mi nombre es Aro, Aro Volturi- dijo haciendo una reverencia- espero no haberles asustado
-¿Quién es? ¿Qué quiere? – preguntaba Alec a gritos sin recibir respuesta mientras yo me encontraba paralizada mirando a otros dos seres extraños, pero similares a Aro que aparecieron de pronto tras de el- ¿Por qué nos siguen?, ¡no voy a dejar que nos lleven!

-Jane- menciono acercándose a mi mirándome con curiosidad - ellos son mis socios Cayo y Marco- dijo señalando a los dos hombres apuestos que estaban tras de el
-¡no se acerque!- grito Alec mirando fijamente a los ojos a Aro mientras este se quedaba inmóvil frente a la mirada de Alec
– ¡basta Alec! –le ordene – esto es peligroso, no le hagas daño- todos pensaban que no había nada peor que el dolor, pero cualquier clase de sufrimiento era mejor que lo que Alec hacia, nada, eso era lo que sentían las personas que el miraba fijamente a los ojos nada, absolutamente nada, morían lentamente, no sentían nada, pero al parecer aquel hombre, podía soportarlo demasiado bien- Alec por favor – le dije apartando su mirada de ese ser-
-Me gusta lo que hacen- dijo el mas alto de los hombres, que según la presentación que me dio Aro, el seria Marco- eso, sus poderes me parecen fascinantes-
-¿entonces porque vienen a llevarnos a la hoguera?- pregunto Alec algo confundido pero con un toque desafiante en su voz
- ¿a la hoguera? –pregunto Aro reincorporándose del “ataque” de Alec, claro si se le puede llamar ataque a algo que no sabes controlar – si nosotros vinimos a salvarlos, vamos a proponerles un pequeño negocio; si aceptan no volverán a este lugar y serán de alguna manera poderosos ¿Qué opinan? –pregunto con una dulce voz, mirándonos fijamente con unos profundos ojos color miel y entonces fue cuando me di cuenta de la perfección de aquel trió de seres extraños.
-¿Por qué nos quieren ayudar?- les pregunto Alec acusándolos con su mirada


-niño, por favor no uses tus poderes con nosotros-dijo una hermosa voz proveniente de los labios resaltantemente rojos en aquella cara pálida de Cayo
-esta bien, por ahora- dijo cortante – pero explíquenme que es lo que quieren

-pequeña Jane - me llamo Aro con su melodiosa voz, ignorando el comentario de Alec – acércate- y entonces fue cuando me percate que aun estaba paralizada con la mirada fija en Marco ¿Cómo era que nos iba a salvar de la hoguera? Abrí mi boca pero no salió ningún sonido, entonces la volví a cerrar y me acerque a Aro
– prefieren hablar aquí o quieren ir a otro lugar- pregunto educadamente Cayo
-Aquí y rápido- respondió Alec
-está bien niño, no te alteres-dijo Marco- lo que les venimos a proponer es muy sencillo, ustedes lo único que deben hacer es elegir entre ser quemados o salvarse-
- si decidimos salvarnos ¿Qué pasa?- pregunto Alec con una voz retadora...

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